Instituto Qigong-Neigong Sanchai

Bienvenidos al instituto Qigong Sanchai de Barcelona

Nuestro instituto esta rigurosamente asignado al estudio y divulgación de los estilos tradicionales de Qigong-Neigong, y cuyo propósito es capacitar al ser humano en la integración inequívoca y unipersonal de los tres tesoros de la humanidad: Cuerpo, Energía, Espíritu.

Estos conocimientos considerados como sagrados y arcanos forman parte de la tradición más antigua de las filosofías: Taoísta, Budista, confucionista, Tibetana y Zen.

El estudio y desarrollo de estas técnicas se basan en el movimiento del cuerpo y la implicación de la mente como primer paso para propiciar el encuentro con su energía.

Una vez se posibilita el flujo de la energía del cuerpo y espíritu, quedará libre de ataduras emocionales obteniendo a su vez un cuerpo pletórico de capacidades físicas.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Breve introducción a los orígenes del Qi Gong

Copyright © 2013 Centre Chikung Sanchai Barcelona
Por: Maestro, Carlos García 

Maestro García
    La historia del Qi Gong se remonta a épocas muy lejanas, su origen está relacionado con la aparición del I-Ching (conocido como el Oráculo Chino o también como el Libro o Clásico de los Cambios) hacia el año 2400 a.C.
    El impacto del Libro Clásico en la cultura china se tradujo en una maduración de los conceptos de energía y de equilibrio del individuo en relación con el cielo y la tierra, como claves para alcanzar un estado de armonía. Según el I-Ching, estos tres vértices (hombre, cielo y tierra), junto  con el Tian Shi (el tiempo celeste), permiten comprender el cambio inherente al orden natural de todas las cosas.
    En el I-Ching los sabios chinos veían el instrumento definitivo para la interpretación de los cambios de las energías  presentes en la naturaleza e incluso para el cálculo de la intensidad y proporción con que se dan tales cambios. Los 8 trigramas (Bagua) reflejan los estados o principios elementales, y de la combinación binaria estos estados surgen posteriormente los 64 hexagramas, los cuales se combinan de nuevo entre sí arrojando como resultado la primera interpretación del Qi y de sus innumerables variantes.
 
HISTORIA DEL QIGONG

    Se estima que ya en la prehistoria, hacia el siglo XXI a.C. (período de Yao y Shun), se practicaban unos movimientos similares a la danza, encaminados a relajar los tendones y huesos a través de la circulación de la sangre.                
    Estos ejercicios fueron transmitidos por Lü Shi Chun, Qiu Gu y Yue Pian.

 El Qigong en las dinastías Shang y Zhou

  Durante la dinastía Shang, aproximadamente entre los años 1766-1154 a.C., la capital de China era la ciudad de An Yang, en la provincia de Henan.
Caparazón tortuga 
    A lo largo de una serie de excavaciones arqueológicas realizadas en An Yang, en especial en el cementerio Yin Yu, se descubrieron más de 160.000 piezas de conchas de tortugas y diferentes huesos de animales de este período, con caracteres chinos grabados en ellas. Esta forma de escritura, conocida como «Ji A Gu Wen» (escritura del oráculo en huesos), es considerada la más antigua de la cultura china.
     La dinastía Shang fue, con toda seguridad, una época de auge de la medicina tradicional china. Entre otras cosas se introdujo el uso de sondas de piedra, conocidas como «Bian Shi», cuyo propósito era regular la circulación de la energía en las personas. Esta técnica revolucionaria, considerada la precursora de la acupuntura china, favoreció aun más el desarrollo del concepto de una energía interior del individuo.
  
    Durante la dinastía Zhou (1122-934 a.C.) surgen los grandes guías espirituales del taoísmo, Lao Ze, Lieh Tzu y Zhuan Tzu, quiénes basaron gran parte de sus enseñanzas en sus experiencias con el Qi Gong.
    Esta parte de la historia taoista se denominó periodo Clásico debido a la aparición  de estos tres maestros clásicos del taoismo.
    A Lao Zi, también conocido como (Li Er) se le considera el maestro más antiguo del taoismo. Vivió en el período de Primavera y Otoño (770-476a.c.), época en la que los estados feudales semiautónomos empezaron a afianzarse.
Se atribuyen a Lao Zi varios textos acerca de técnicas respiratorias, recogidos en su obra magna «Dao De Jing» (clásico de las virtudes del Tao). Lao Zi enseñaba a sus discípulos la manera de concentrarse en el Qi y obtener la tranquilidad (Zhuan Qi Zhi Rou).  Lao Zi afirmaba que: “el ser humano debe conservar la naturaleza,  integrarse en ella para nutrirse de su energía vital, de esta forma el ser humano se envolverá en las costumbres marcadas por la naturaleza del mundo”.  
Lao Zi

 Los fundamentos básicos de estas prácticas son mantener una mente tranquila, una respiración suave y profunda, controlar el flujo del pensamiento y dirigir la atención consciente hacia el Tantien, uniendo así conciencia y energía. Se definían como “las cuatro pertenencias”.
   Los seguidores de Lao Zi sostenían que los cambios en los individuos debían guiarse por los principios del tao, basados en la comprensión y el respeto del orden natural de las cosas de este mundo, la armonía entre el cielo y la tierra, los ríos y las montañas, conocida como la fuerza benéfica del principio del tao.
    Alrededor del año 300 a.C., el filosofo taoísta Zhuan Tzu expuso en su tratado Nan Hua Jing la estrecha relación entre la respiración y la salud: «el practicante  debe  de tomar conciencia en la escucha de su respiración y mantener el soplo con vitalidad de forma  que el aire viciado salga por completo llenándose así de aire fresco». En otro pasaje que alude a la respiración añade lo siguiente: «El hombre que mantiene su aliento purifica hasta sus tobillos. El resto de los hombres respiran por sus gargantas enfermando sus cuerpos».
   Zhuan Tzu integró asimismo los conceptos de espíritu y energía:”El corazón pertenece al Qi, el Qi a su vez pertenece a  la mente y la mente finalmente pertenece al principio de la nada”. El método de Zhuang Tzu se basaba en concentrarse en la respiración como medio para evitar los pensamientos diversivos y mantener un estado de quietud en la mente y en el corazón. La emoción excesiva, la cólera  o la tristeza, son estados mentales que a la larga perjudican la salud del individuo. 
 Posteriormente diferentes maestros taoístas, entre otros Chang Tao ling, Chang lu (nieto del maestro Chang Tao ling), Sun Yin, Lu Tun, Kou Chien Chih y Lu Hsiu Ching siguieron la estela de los maestros anteriores, cuya filosofía mantuvieron como la base a la que incorporaron valiosas aportaciones propias al taoísmo alquímico o a su vertiente mística y religiosa.
    En resumen, en el período clásico aparecen los métodos taoistas de qigong, encaminados a cultivar la salud y la longevidad como medios para alcanzar el fin más elevado, el máximo desarrollo espiritual. Sin embargo, la relación del qigong con los fines últimos del taoísmo no sólo es indirecta; al limpiar la mente,  reducir el deseo, equilibrar las emociones y movilizar las energías internas, el qigong conduce a la reunión final del uno con el Tao, el origen indiferenciado de todas las cosas.
            
    También cabe mencionar aquí las contribuciones de los maestros de otras líneas y orientaciones que surgieron durante estos 500 años, uno de los períodos más fructíferos no sólo de la cultura china sino de la historia de la humanidad entera: Confucio y Mencio, defensores del orden social; Hang Fei Tzu, el legalista; Kung-Sun Lum, el sofista; Mo Tzu, el filósofo del entendimiento universal y del auto sacrificio y Sun Tzu el estratega militar.
Confucio
     Confucio fue uno de los personajes más influyentes en la conformación de los principios morales de la sociedad china. Según él, los fundamentos de una sociedad pacífica y en armonía eran los rituales adecuados y un código estricto de conducta interpersonal, independientemente de cuáles fueran la estructura y naturaleza propias del Universo. Esta idea contrasta poderosamente con el pensamiento taoista,  cuya motivación esencial es alcanzar el equilibrio con la fuerza universal del tao, para lo cual se requiere la comprensión de lo natural, lo divino y lo humano, el entendimiento del cielo y de la tierra.
  Pese a sus sustantivas diferencias filosóficas con los maestros taoístas, también Confucio daba mucha importancia a los métodos de Qi Gong. En un pasaje en el que destaca la necesidad de mantener una postura idónea durante el sueño, dice así:”flexiona el brazo y coloca  tu cavaza sobre él mientras duermes”. Otro método de Qigong que Confucio incorporó a sus enseñanzas era “El método en postura reclinada”, óptimo para mantener el cuerpo relajado y prevenir enfermedades.
    Además de Confucio, también Yanhui, uno de sus mejores estudiantes, aconsejaba métodos de Qi Gong como el de « Sentarse Tranquilo», que consistía en relajar el cuerpo, tanto en sus partes externas como internas, para alcanzar el olvido y con él el estado de vacuidad.               
    Esta enseñanza de Yanhui, que gozó de gran predicación entre las escuelas posteriores, no era otra que la de la forma de sentarse en la práctica meditativa.

  Período de los Estados guerreros (476 a.C. – 221 a.C)

  Diversos textos datados en la época de los estados de Guerra, entre los siglos V y III a.C., evidencian con claridad que ya por entonces se había sedimentado un rico y complejo cuerpo de conocimientos en torno al Qigong, el cultivo del Qi.
 
   Prueba de ello es el Shi Ji (registro histórico) redactado durante este período,  en el que abundan las referencias a métodos complejos para el perfeccionamiento de la respiración. Muchos de estos valiosísimos textos fueron compilados y traducidos por el eminente investigador de textos antiguos Sr. Guo Mo Ruo. Uno de los fragmentos recopilados por el Sr. Guo incluye lo que sin duda alguna es una descripción de un proceso de respiración de Qigong, en la que se alude a la circulación de la energía interna: “Si es profunda, puede ser almacenada; si es almacenada, puede ser extendida; si es extendida, puede ir hacia abajo; si va hacia abajo, puede ser fijada; si es fijada, puede ser consolidada; si es consolidada, puede echar brotes”.  Este pasaje  pertenece al Xing Qi Yu Bei Ming (El cinto de jade para promover la circulación del Qí).
      Entre los hallazgos arqueológicos descubiertos en la tumba de Ma Wang Du en Changsha destaca un ejemplar del tratado conocido como Bi Gu Shi Qi Fa, en el que se aconseja la práctica del NeiGung para contrarrestar la ingesta indebida de alimentos y promover la circulación de la energía. Tras un concienzudo estudio de este tratado, algunos expertos han concluido que el método que en él se propone es superior al método de Xing Qi Yu Bai Ming  (El cinto de jade para promover la circulación del Qi).
   
Huang Di
También a este período pertenece un hito en la evolución de la medicina tradicional china, el Clásico de medicina interna del Emperador Amarillo, (Huang Di Nei Jing) basado en conceptos ya presentes en la obra de los taoístas Lao Zi y Zhuang Tzu.
    En consonancia con los principios taoístas, en este tratado se concede la mayor importancia a la harmonización del ser humano con la naturaleza, y se prescriben normas de conducta acordes con los ciclos naturales, por las cuales el hombre debe acomodarse al clima y a las estaciones, y perseguir la unidad de cuerpo y mente como medio para vivir mejor.

  Durante esta época, el número de médicos expertos en métodos de Qigong experimentó un gran incremento. Uno de los especialistas más destacados fue Bianque (401 - 314 a.C.) experto en diversas áreas o especialidades entre las cuales se contaban lo que hoy clasificaríamos como medicina interna, ginecología, cirugía y pediatría, así como acupuntura, masaje y sobre todo Qigong.
      Bianque proporcionaba a sus pacientes tratamientos basados en el Qigong y era un defensor entusiasta de sus virtudes terapéuticas. También escribió algunas obras sobre el particular; la más conocida de ellas es el  “Nan Jing” (clásico de los desordenes), en el que se prescribe el uso de la respiración para aumentar la circulación del Qi.
    


Dinastías Qin y Han (255a.C.-221 d.C.).


  Bajo la dinastía Han (206 a.C - 220 dc), China conoció una época de paz, estabilidad y esplendor en la que brotaron grandes intelectos, incluidos algunos Emperadores. La conversión al budismo del emperador Han significó un gran impulso para esta religión y el consiguiente cambio en la  correlación de fuerzas dentro del panorama religioso. A través de los templos budistas se difundieron diversos métodos de Qigong budista, orientados a la meditación contemplativa Chan, y cuyo objetivo era alcanzar el estado de Buda. 
      No obstante, no estaba permitido transmitir estos conocimientos a los laicos, y este hermetismo se mantuvo durante muchos años.

 El más importante maestro taoísta de la época fue Zhang Dao ling. De origen meridional, Zhang se había instruido en las enseñazas de Lao Zi y en  las artes de la longevidad a través de los métodos de Qigong. Se dice que viajó a Shu, la actual Zhejiang (en la parte occidental de China), con el propósito de adquirir el saber secreto de la inmortalidad.
    Zhang Dao Ling aseguraba que Lao Zi le había transmitido sus conocimientos, y con ellos el poder de curar a los enfermos y ahuyentar a los espíritus maléficos.                              


  Wei Bo Yang, uno de los grandes maestros taoístas de la dinastía Han oriental (25-220 de nuestra era), era un especialista en el Qigong de Conservación de la Salud y un alquimista de gran talento. Wei escribió varios libros, entre ellos uno titulado “Zhou Yi Can Tong Qi (“Estudio comparativo del libro de las mutaciones, de la dinastía Zhou”), en el que se describe la relación de los seres humanos con las fuerzas de la naturaleza y el Qi, y se examinan los puntos y métodos principales de la práctica del Qigong.
     
Wei Bo Yang
Existe una leyenda referida a las prácticas alquímicas de Wei. Al parecer, tras varios años de investigación ininterrumpida en busca del elixir para la inmortalidad, el maestro consideró un día que había dado con la fórmula. Le dio una píldora  a su perro, luego él mismo tomó otra y uno de sus alumnos más allegados ingirió la última. Acto seguido el animal, el maestro y el discípulo se desplomaron y quedaron inmóviles en el suelo, como muertos. Sin embargo, al cabo de un rato el maestro Wei despertó y, según la leyenda, voló al cielo de los inmortales seguido por el alumno y el perro.
  Además del “Estudio comparativo del libro de las mutaciones”, el maestro Wei tuvo tiempo de escribir otra gran obra antes de morir,   “Tsan-Tung-Chi(La Triple Unidad), un auténtico hito del taoísmo alquímico.
  
Otro médico ilustre de la dinastía Han fue Zhang ZhongJing, autor del tratado de medicina  “Jin Kui Yao Lue” (prescripciones de la Cámara dorada). Además de esta obra, en la que trata del empleo de la respiración y de la acupuntura para conservar un adecuado flujo de Qi, Zhang Zhong-Jing también escribió sobre los “Zhang Fu” (órganos y vísceras) y los meridianos. En particular, descubrió la relación entre los seis meridianos y las enfermedades febriles epidémicas a partir de su experiencia en la práctica del Qigong.


Período de los Tres Reinos y Dinastía Jin (220–420)

 El período de los Tres Reinos (220-260) y el del reinado de la dinastía Jin (265 – 420) fueron tiempos turbulentos, plagados de conflictos e inestabilidad política. Sin embargo, los movimientos de población y la mezcla de nacionalidades y religiones favorecieron el intercambio de ideas y conocimientos.

 
Hua Tuo
Una de los maestros más destacados de la dinastía Jin fue Hua Tuo, excelente cirujano que contribuyó enormemente  al desarrollo de la medicina tradicional interna y del Qigong.
    A Hua Tuo se le atribuye  la creación del método de Qigong de los “cinco animales” (Wu Qin Xi), por el cual instruía a sus estudiantes en el arte del movimiento interno basándose en cuidadosas observaciones de la conducta animal. También es recordado por ser el primer acupuntor que realizó una intervención quirúrgica con la ayuda de anestesia.

 Otro gran maestro taoísta de la época fue Ge Hong, que vivió bajo la dinastía Jin del Este. Se dice que fue el guardián de los manuscritos de Lin-Pao de los Maestros Celestiales.
       Ge Hong es el autor del célebre “Bao Pu Zi” (El sabio que abraza la simplicidad), que contiene procedimientos y fórmulas de alquimia externa, así como consejos sobre  como incrementar el Qi a partir del dominio de la mente y la respiración. Por ejemplo, recomienda la práctica de mantener el aliento vivo y controlado para  el drenaje todos los meridianos del cuerpo, evitando así los desordenes del Qi y de Xue y un estancamiento de los fluidos y la energía: “El movimiento de todas las cosas depende de su energía, por lo que es sumamente importante que atesoremos la esencia original de la vida  y la fluidez en la circulación  del Qi”.
      En su obra, Ge Hong también incluye un extenso repertorio de ejercicios de “calistenia” (método para la movilización de la energía mediante ejercicios corporales). 


Dinastías del Norte y del Sur (420 – 581)

La fragmentación política y la confrontación militar que dominaron este período (como el anterior), no obstaculizaron sus enormes logros científicos, técnicos y filosóficos.

Tao Hung Jing, uno de los más grandes sabios taoístas meridionales, nació durante la dinastía Sung en el año 456 y murió en el año 536, cuando reinaba la dinastía Liang. Alto funcionario imperial con los Sung, se mantuvo en la corte pese al cambio de dinastía. En el año 492 renunció a sus cargos de secretario y encargado de los archivos, y decidió seguir el camino del taoismo. Se instaló en Mao-Shan, una cordillera situada en la actual provincia de Kiang-su, al sudeste de China, donde fundó un laboratorio de alquimia dedicado a la investigación del elixir de la inmortalidad y a otras muchas actividades.
     El maestro Tao no sólo fue un taoísta erudito y versado en diversas ramas del saber, también dominaba las técnicas del Qigong y se le reconocía como un hábil practicante de las artes marciales internas. Dejó dos grandes tratados sobre la materia, el “Yang Shen Yan Ming Lu”  (“Registros para la nutrición del cuerpo y la prolongación de la vida”) y el “Yang Shen Dao Ying Tu” (“Enciclopedia de los ejercicios físicos, respiratorios y conservación de la salud”).  En sus obras estudió las claves para la conservación de la salud y prolongar la vida, que resumía en “atesorar nuestra vitalidad y no disipar la energía, prestando atención a las posiciones corporales a las dietas y a los actos sexuales”. También investigó los mecanismos energéticos para eliminar todo tipo de enfermedades: “si alguien tiene un dolor en alguna parte del cuerpo, ese dolor puede cesar si conseguimos unificar y enviar el Qi hacia la zona dolorida. De esta manera el dolor disminuirá eliminado la enfermedad”. En la “enciclopedia”, el maestro Tao recomienda inhalar el aire puro por la nariz y exhalar el contaminado por la boca, y expone diversos métodos de respiración acompañados de sonidos curativos.
   
     Durante el dominio de la dinastía Liang (502-557 d.C.) llegó a China un príncipe llamado Da Mo, con la misión de difundir el budismo. Ello no fue del agrado del emperador Liang, que le ordenó recluirse en el  templo de “Shaolin” (templo del pequeño bosque), cerca del pueblo de Deng Feng en la provincia de Henan.
Da Mo
    Cuando el príncipe llego al templo, observó que los sacerdotes que en él moraban carecían de fortaleza física y enfermaban con facilidad.  Da Mo se retiró entonces a una cueva en las proximidades del templo, con la idea de diseñar un sistema de ejercicios que mejorara la forma y la salud de los monjes. Da Mo pasó casi 9 años meditando el sistema hasta quedar satisfecho con él. Al volver al templo, entregó a sus moradores dos manuscritos de un valor incalculable para las generaciones posteriores, el “Yi Jin Jing” (Desarrollo y cambio de los músculos y los tendones) y el “Shii Soei Ching” (Limpieza de la medula y el cerebro). El primero trata del modo de desarrollar y fortalecer los tendones y los ligamentos, facilitando el acceso de la energía a cualquier parte del cuerpo.
    El segundo manuscrito se centra en el uso del flujo del Qi para limpiar la médula y evitar su calcificación. Al mismo tiempo, con estos ejercicios la energía puede acceder al interior del cerebro y nutrirlo, y de este modo es posible alcanzar la santidad.
    Durante varios siglos este saber únicamente se transmitió en el interior del monasterio, e incluso dentro de él sólo a los alumnos más antiguos y virtuosos. El conocimiento del Qigong para la conservación de la salud permaneció así oculto durante muchos años hasta que, una vez fuera del ámbito monástico, evolucionó y se difundió a un ritmo muy superior.
           
Dinastías Sui, Tang y Qing (581 -1912 d. C.)


       Dinastías Sui y Tang (581-907 d.c.)
  
  Una de las obras de más renombre de la dinastía Sui es el “Zhu Bing Yuan Hou Lun” (“Tesis general sobre la sintomatología y etiología de las diversas enfermedades”), de Chao Yuan Fang.  Constituye una verdadera enciclopedia del Qigong, con más de 260 formas diferentes de aumentar el flujo de Qi a través de los ejercicios físicos y de la respiración.
    Según parece, su autor enseñaba a respirar a sus pacientes manteniéndolos tumbados boca arriba, con una almohada de unos diez  centímetros de altura bajo la cabeza para no congestionar la energía a nivel cervical. Entonces les pedía que estirasen los brazos  con los puños cerrados, para que de este modo el Qi accediera a la parte superior, y les conminaba a mantenerse en calma, controlar la respiración y concentrarse en la regulación de su propio Qi.

     Sun Si Mao fue un importante Maestro taoísta y experto alquimista de la dinastía Tang.  Creó un sistema de masaje llamado  “Las  49 técnicas de masaje de Lao Zi” y escribió varios tratados sobre métodos de regulación de la respiración. El más importante de estos tratados es el “Qian Jin Yi Fang”, en el se explican con detalle cuatro formas de respiración ventral.
     El maestro Sun recomendaba a sus estudiantes, y a todo el que le quisiera escuchar, la práctica asidua de ejercicios respiratorios para oxigenar la sangre, y también la de chasquear los molares y los incisivos de forma suave una vez al día, para fortalecer las encías y evitar la caída de los dientes. Otros métodos de curación interna que prescribía eran el de tragar saliva (producida por los riñones) para enfriar el Tantien, y el de masajear el abdomen después de cada comida, para favorecer la absorción de los alimentos durante la digestión (el masaje produce la energía yang que el estomago precisa para sus funciones digestivas).   
    En otra obra, llamada “Si Ji Qu Ging Ge”, el doctor Sun aseguraba que otro modo de mejorar la digestión era reforzar el bazo, mediante una exhalación rápida hinchando el vientre hacia afuera. Para mejorar las funciones del pulmón y aliviar la tos en otoño, aconsejaba una exhalación con la boca abierta pero manteniendo los dientes en contacto. También exhortaba a realizar sonidos curativos como el «Shii», beneficioso en caso de fiebre del San Jiao (Meridiano triple recalentador, cuya función es gobernar los tres fogones). El uso de éste y el resto de los seis sonidos curativos, junto con el de un método para masajear el Qi, también se explican con detalle en el “Qian Jin Fang” (Las mil recetas de oro).

   Otro eminente taoísta de la dinastía Tang  fue el maestro de Qigong Ssu-Ma Cheng Chen (618-906). El maestro Ssu pertenecía al linaje de Mao-Shan, fundado por Tao Hung Jing, y enseñaba su método Shang-Ching. La línea Mao-Shan y sus métodos conservaron su pureza hasta la dinastía Sung (906-1279). A partir de entonces fueron diluyéndose poco a poco en otros sistemas hasta nuestros días, en que sus enseñanzas se hallan diseminadas en diferentes escuelas taoístas. A este linaje se le atribuyen poderosos y afamados métodos de Qigong interno, como el expuesto en el tratado  “Huang-Ting Ching” (“Trabajo energético de la pequeña y gran circulación”).

    También cabe mencionar aquí al Maestro Jul, gran experto en Qigong y autor de varios libros en los que dejó constancia de su sabiduría. El más importante fue el “Tina Yin Shi Yang Shen Shu” (“El Libro de la conservación de la salud”) y su aportación más célebre las denominadas “cuatro puertas”, que hacían referencia a:
            - abstenerse de comer carne y beber vino.
- un lugar apaciguado. 
- reservar y pensar.
- sentarse y olvidar.

     Sin embargo, la figura taoísta más conocida de la dinastía Tang es Lu Tung Pin, considerado el Maestro Inmortal más popular de la cultura China.  Muchas escuelas lo consideran el patriarca del taoísmo y ha devenido el símbolo de la sabiduría que traspasa la ilusión del  mundo material. En sus representaciones, el Maestro Inmortal Lu aparece con una espada.
      El maestro Lu escribió el “Bai Zi Bei”, (Lápida de cien palabras), 20 sentencias que hacen referencia directa a la práctica de Qigong.
      En la  “Lápida” se encuentran directrices como las siguientes: “Genera tu Qi y apacigua tu energía vital. Calma el Shen y mantente inmóvil. Cada movimiento debe de ir seguido de de una intención. Guarda tu energía si no hay una razón”.

     Durante la dinastía Song,  un taoista de nombre Chang Po Tuan (987-1082) impartía las enseñanzas de Lu Tu Ping, que había recibido directamente de Liu Hai Chang. Sin embargo, parece que Chang discrepaba de sus maestros en la concepción de la alquimia. Según Chang, no se trata de producir un elixir a partir de la mezcla y preparación de sustancias externas e ingerirlo, sino que la generación del elixir (como símbolo del conocimiento trascendental) tiene lugar en el interior del cuerpo del alquimista.                    
      Para Chang, los conceptos de plomo y mercurio de la alquimia externa remiten a las fuerzas naturales yin y yang en el interior del cuerpo. La concepción de una alquimia interna del maestro Chang Po Tuan, que incluía métodos para conservar el Qi durante las relaciones sexuales (alquimia sexual), significó una revolución en las prácticas taoístas (según algunos autores, la transformación de la alquimia de externa a interna tuvo lugar de manera gradual, y no durante la dinastía Song sino a mediados de la dinastía Tang).
 Los seguidores del maestro Chang Po Tuan propagaron sus tesis   acerca de una alquimia interna y del cultivo del cuerpo como puente hacia el del espíritu, y usaban métodos de Qigong para vaciar la mente y movilizar la energía interior.

   Las enseñanzas del Maestro Lu Tu Ping influyeron sobre otra gran figura de la dinastía Song, Wang Chong Yang, también conocido como (Wang Che).  Los textos antiguos aseguran que, antes de convertirse al taoísmo, Wang Chong Yang había estudiado budismo Zen, y así su concepción de la alquimia taoísta resultó imbuida de aires budistas. Wang se oponía a la doctrina de la alquimia interna de Chang Po Tao, en especial en lo tocante a las prácticas de alquimia sexual. Sin embargo, al igual que el maestro Chang, el maestro Wang recomendaba el uso de técnicas de Qigong como método de transformación espiritual. En ese ámbito, sus principios eran: vaciar la mente de pensamientos, restringir los deseos y liberarse de las preocupaciones  externas.
    
Otros maestros importantes de la época fueron Zhang An-Dao, autor de la obra  “Yang Shen Jue” (“Los secretos de las nutrición para alargar la vida”), Zhang Zi Yang, que escribió “Wu Zheng Pian” (“Entendiendo la verdad”), dirigido a la recuperación del individuo con métodos de Qigong, y Zhang Zi He, en cuyo tratado “Ru Men Shi Shi” (“El punto de vista de Confucio”) se presenta el Qigong, entendido como el uso combinado del pensamiento y técnicas respiratorias, como terapia eficaz ante lesiones externas.    
En el transcurso de la dinastía Song también tuvo un importante desarrollo la calistenia taoísta, inspirada en los movimientos de los animales y, según parece, procedente de los Maestros Inmortales y del yoga hindú.
    Un compendio ejemplar de calistenia taoísta es la obra clásica de Chen Hsi-Yi titulada “Chi Feng Sui” (“Calistenia del Fénix rojo”). Contiene ejercicios indicados para favorecer la circulación sanguínea y prevenir enfermedades. El maestro Chen asociaba cada práctica a una determinada época del año, en función de la energía más apropiada a la época en cuestión.
     
Tong Ren Yu Xue Zhen Jiu Tu
   El reinado de la dinastía Song también fue una época de gran desarrollo de la medicina tradicional China y la acupuntura. Wang Wei-Yi (1026 D.C.), médico eminente, fue el creador del  hombre de latón de la acupuntura y el autor de una de los grandes clásicos de la acupuntura, el “Tong Ren Yu Xue Zhen Jiu Tu”  (“Tratado de acupuntura del hombre de latón y moxibustión”). Entre otros temas, en esta obra se detallan los doce meridianos principales y su relación con los doce órganos, se exponen las coincidencias y las discrepancias existentes hasta el momento entre los diferentes autores y, en definitiva, se ofrece una visión sistemática de los conocimientos alcanzados.
           El Dr. Wang era un consumado investigador que, hacia el año 1015, llevó a cabo numerosas disecciones para trazar el flujo de sangre y energía. Sus observaciones fueron de gran ayuda para el desarrollo de la medicina en general y también del Qigong. 
   
 También durante la dinastía Song, concretamente el día 15 de Febrero de 1103, nació en Tang Yin Hsien, en la provincia de Henan, un joven llamado Yueh Fei, que luego seria  un Mariscal famoso por sus hazañas bélicas.
        En su juventud, Yueh Fei gustaba de leer sobre temas de historia y de estrategia militar. Según parece, su libro predilecto era el “Suen Tzu Bin Fa” (Libros de tácticas de Sue), un tratado de teoría y práctica bélicas. Más tarde ingresó en la milicia, dónde demostró haber asimilado maravillosamente esa gran obra y llegó a ser conocido por su gran fuerza e inteligencia militar.
       Yueh Fei creó dos estilos de Wu Shu para sus tropas, el estilo interno “Xing YI” (Boxeo de la mente), y el externo “Yin Chao” (Garra de águila). También se atribuye al Mariscal Yueh  la creación del método de Qigong “Ba Duan Jin” (Las Ocho piezas del  brocado). Al parecer, Yueh creó este sistema para mantener a sus hombres con buena salud. Además de los creados por el Mariscal Yueh, que falleció en 1142, durante la dinastía Song se desarrollaron diferentes estilos de artes marciales internas y externas, cada uno de ellos con su propio sistema de Qigong.

DINASTÍA YUAN (1279-1367 d.C.) 
 
  Durante la dinastía Yuan (1279-1367) vivió un monje taoísta llamado Chang San Feng, a quién algunos atribuyen la creación del Tai Ji Quan, y de quien hay abundantes biografías, no siempre concordantes. Al parecer, Chang se inspiró en la contemplación de un combate entre una grulla y una serpiente.
   Chang vivió en el templo de la “Nube Púrpura”,  en la montaña de Wutang; allí estudió taoísmo, alquimia externa e interna, y desarrolló diferentes métodos de Qigong. Fue un experto en plantas medicinales y también escribió varias obras de alquimia interna, en las que se prescribían técnicas meditativas basadas en la realización de movimientos lentos que favorecían la circulación del Qi. Aunque algunos autores aseguran que Chang San Feng vivió en la dinastía Song del sur (1127-1279), y aún otros aseguran que el creador del Tai Ji Quan no fue él, sino el general Qi Ji Quan u otros, es incontestable que Chang San Feng fue una gran figura del taoísmo y de las artes marciales, y que su aportación fue fundamental para la introducción de la práctica de las artes marciales (Wu Shu) a la alquimia interna. 

   
De las dinastía Ming y Qin (1368-1840) a la época actual.

      Durante la dinastía Ming se crearon infinidades de estilos de Wu Shu y escuelas de taoismo. Muchos maestros taoístas de esta época pasaron a la posteridad como poseedores de poderes sobrenaturales.
      
   
wang Lang
Una figura indiscutible en el mundo de Wu Shu (Kung fu) y Qigong de la época es el maestro Wang Lang, al que se atribuye la invención del sistema “Tang Lang Chuen” (El puño de la Mantis religiosa). Wang nació aproximadamente en el año 1622 en la provincia de Shangdong, y desde muy pequeño estudió Wushu con su padre Wang Mang Tang. Cuando Wang contaba una veintena de años se produjo la invasión de China por parte de los manchúes, que instauraron la dinastía Qin (1644-1911). Wang Lang, que combatía en la milicia nacional, quedó malherido y tuvo que refugiarse en el templo de Shaolin. Allí aprendió las técnicas de Chi Kung que había legado al monasterio el patriarca Da Mo, el “Yi Jin Jing” (Desarrollo y cambio de los músculos y los tendones) y el “Shii Soei Ching” (Limpieza de la medula y el cerebro). Wang Lang combinó esos sistemas con los conocimientos que había aprendido antes de ingresar en el templo, y el resultado fue el estilo “Chi Kung Shihpa Lo Han Kung” (Qigong de los 18 Santos –Lohan).  Al cabo de unos diez años, los manchúes atacaron Shaolin,  y  Wang Lang tuvo que huir de nuevo. Esta vez se refugió en un templo taoísta, llamado San Chen Kong, en las montañas de  Lao Shan de su provincia natal. En agradecimiento por su hospitalidad, Wang Lang enseñó a los monjes taoístas los secretos del Shihpa Lohan Kung.
   

    El método de Qigong de Wang Lang unifica el trabajo interno y el externo. En la vertiente externa, sus movimientos ponen el cuerpo en condiciones de resistir los ataques del adversario. En lo tocante al trabajo interno, favorecen el cultivo de la energía y su ascenso hacia la parte superior de la cabeza, necesario para alcanzar un estado espiritual superior.
     El estudio del sistema Shipa LoHan Kung incluye los siguientes estadios o niveles:
1)       Respiración.
2)       Atención.
3)       Unificación de la energía.
4)       Onda de energía
5)        Tipo de energía.
6)       Órganos y Meridianos.
7)       Energía natural
8)       Genealogía

   
   Xu Ling Ta fue un famoso doctor de la dinastía Qin, que sostenía que la duración de la vida estaba estrechamente relacionada con la vitalidad del individuo. Este principio, llamado principio de recuperación, y su importancia para la prolongación del tiempo de vida, se detalla en su obra “Yi Xue Yuan Lun”.

 El Qigong en la actualidad

    Como hemos podido comprobar, el Qigong es el fruto de una larga evolución, cuyos orígenes se remontan a la prehistoria. A través de estos más de dos mil años se han ido incorporando a este desarrollo diferentes enfoques, cada uno relacionado con un contexto social, científico y religioso distinto, enriquecido por las circunstancias históricas y las características personales de cada maestro, etcétera. Sin embargo, en todas sus variantes hay un propósito común, una misma finalidad, el cultivo energético interno.
     
  Otra característica que comparten todos los métodos es el  reblandecimiento de músculos y tendones, y la apertura de los canales invisibles para que la energía fluya libremente y alcance todos los rincones del cuerpo. Todas y cada una de las diferentes líneas tienen su valor intrínseco y favorecen la movilización del Qi, y si sus métodos se practican con el rigor y la perseverancia suficientes, uno puede experimentar en su propia piel, en primera persona, ese fluir de la energía vital.  A continuación se resumen las principales características de las técnicas más conocidas, agrupadas bajo cuatro rúbricas en función de la posición en que se ejecutan. Existen gran variedad de formas que no quedan reflejadas en este esbozo de clasificación, que sin embargo tiene la virtud de mostrar el orden en el debe realizarse el aprendizaje.
 
     Qigong con posturas de pie. El practicante se mantiene erguido y equilibrado, con los ojos abiertos o cerrados. El movimiento puede ser estático o por el contrario muy dinámico, dependiendo del método empleado.
     Qigong con postura de marcha. Se trata de un método de Nei Gung basado en la observación de cómo se movilizan las energías naturales mientras se anda. Lo importante es ejecutar correctamente la toma de contacto de las plantas de los pies con el suelo, masajeando los órganos internos mediante técnicas de reflexoterapia.
     Qigong con postura durante el sueño.    Este es un método que se realiza mientras se duerme. Su objetivo es cerrar los puntos  energéticos,  por donde el Qi puede escapar del cuerpo o penetrar energías perversas (yin) nocturnas.
    Qigong sentado. Ésta práctica favorece el incremento y movilización de la energía espiritual a través de la posición de sentado en el suelo o en una silla.  Éste método forma parte del repertorio de prácticas meditativas, y así debe ser considerado. Según nuestra concepción no hay diferencia alguna, en su actual nivel de desarrollo, entre el Qigong y la Meditación.

   
  A lo largo de varios años de práctica y enseñanza he observado un error recurrente: muchos de los practicantes de estas técnicas piensan sólo  en el movimiento, o piensan pero no mueven el cuerpo, esperando sentir la energía. Con ello descuidan por completo algo tan fundamental como cuáles son las partes del cuerpo por las que debe circular el Qi, o qué órgano está implicado en el ejercicio. Si el objetivo es  alcanzar el dominio de la energía, es necesario fijar el espíritu (pensamiento) con el movimiento del cuerpo, y de este modo ambos darán nacimiento a la energía.


“Vivimos en un momento extraordinario de transmisión de un conocimiento hasta ahora reservado exclusivamente a los propios chinos. Ellos tienen mucho  que enseñarnos y creo sinceramente que no podemos desaprovechar la ocasión, simplemente se necesita paciencia y humildad. De esta forma podremos llegar a recibir la verdadera sabiduría y a sentir la energía como algo de un valor incalculable. Entonces, cuando ese Qi nos penetra, no bastan las palabras para expresarlo”.


LAS DOS VERTIENTES DEL QIGONG

    En el capitulo anterior, dedicado a la evolución histórica del Qigong, hemos pasado revista a las distintas orientaciones teóricas y, en alguna ocasión, han salido a la luz algunos aspectos técnicos de los métodos que lo componen. En este capitulo analizaremos con algo más de detalle las dos grandes líneas en que se subdividen estas técnicas en su conjunto.
     
  Al igual que en la alquimia taoísta, con la que le une una íntima relación, también en el Qigong tuvo lugar una diferenciación de los distintos métodos en dos líneas o escuelas, la línea interna o Nei Dan y la línea externa, Wai Dan.

    En consonancia con la concepción interna de la alquimia, la línea Nei Dan en el Qigong se encamina al cultivo del elixir interno, a la consecución de un estado espiritual más elevado que conecte directamente con el Tao. Este centrarse en lo interno no implica descuidar la parte energética Yang, puesto que sigue siendo necesario el empleo del cuerpo para alcanzar el fin deseado. No hay nada que sea absoluto: aunque trabajemos la parte interna, aunque el objetivo sea elevar el espíritu a un estado de Tao o de Budeidad, es preciso que haya movimiento corporal, fortalecimiento del Qi interno con el fin de nutrir el Shen y lograr que éste permanezca latente hasta la muerte del cuerpo físico.

 Por lo general, la práctica Nei Dan es mucho más compleja que la Way Dan, pese a que comparten muchas técnicas. Una de ellas es el método para el lavado de la médula y el cerebro, por el cual una vez ha depurado la médula, el Qi puede seguir en su ascenso hasta llegar a la glándula pineal, y nutrir así al cerebro. En el enfoque interno, el Qi se origina en el interior del cuerpo y se lleva progresivamente hacia las extremidades y  las zonas más dístales. De ahí el dicho que reza que “los estilos internos tales como el Bagua, Taichi Chuan y Shing-I, van desde lo suave a lo duro, desde lo interno a lo externo”.
      
    Por el contrario, los métodos de Wai Dan se dirigen fundamentalmente a la parte más externa del cuerpo; la atención debe concentrarse en las extremidades y, una vez el practicante ha generado un caudal suficiente de Qi, esta energía deber ser inducida hacia el interior para nutrir los órganos y vísceras. Los diferentes métodos externos enfatizan la generación del Qi en la parte más exterior del cuerpo, a través de ejercicios específicos que potencian la fuerza muscular y  aumentan la efectividad de las técnicas marciales.
    Uno de los sistemas paradigmáticos de Wai Dan es el Shihpa Lohan Kung, que como vimos en el capitulo anterior fue diseñado por Wan Lang. La práctica del Shihpa Lohan Kung permite la conducción del Qi hacia la piel, los músculos y los huesos, llenándolos de energía e inmunizando el cuerpo ante todo tipo de golpes.
    Los métodos de Qi Gong Wai Dan o externos también reciben el nombre de Wai Gong, o estilos duros Yin Gong. Su práctica se encamina  a promover la energía desde el exterior (extremidades) hacia el interior (órganos y vísceras). Como reza el dicho, “los estilos externos van desde el exterior hacia el interior. Desde la movilidad hacia la inmovilidad”.
    Conviene precisar que la guía de un maestro experimentado es vital tanto en los métodos internos como en los externos. No se debe incurrir en el error habitual de pensar que sólo los externos pueden comportar riesgos para la salud. La ejecución incorrecta de los métodos internos conlleva también importantes peligros.   
    Tanto la escuela de Qi Gong Nei Dan como la Wai Dan proceden del  método original del Qi gong curativo, desarrollado durante siglos por diferentes maestros y médicos desde muy antiguo. De ahí la pertinencia de que el practicante,  incluso en la escuela Wai Dan, posea él mismo conocimientos de medicina tradicional china o se deje tutelar por un maestro que los tenga. Tales conocimientos deben incluir, entre otros conceptos,  la comprensión de la ley del Yin y el Yang, del funcionamiento de los cinco elementos en relación con las estaciones del año y la localización de los meridianos.

 Si el único interés perseguido es el mantenimiento de la salud o la curación de enfermedades concretas, basta con la realización de ejercicios de Qi Gong curativo, fruto del trabajo realizado por los médicos chinos a partir de su experiencia y de evidencias empíricas. Ellos observaron que una anomalía o bloqueo en la circulación del Qi podía resultar en diversas enfermedades y un grave daño para el organismo, y que el problema podía tratarse mediante ejercicios que ajustaran y equilibraran el Qi.       
Wu Qin Xi
   Así han llegado a nuestros días ejercicios como el Wu Qin Xi (cinco  deportes de animales), el Ba Du Jin (las ocho piezas de  brocados), o el Wu Shing Qi (los cinco elementos), que aumentan la circulación del Qi a través del movimiento y combaten diversas  enfermedades, restaurando el funcionamiento de los diferentes órganos.
    El hecho de que muchos de los ejercicios provengan de la observación de los movimientos de los animales tiene una razón obvia. Los animales mantienen intacto su instinto de supervivencia y su energía fluye libremente, sin los bloqueos y prejuicios fruto de la aculturación y la vida sedentaria. Por ejemplo,  en la tabla de los cinco elementos que me transmitió el maestro y Dr. Yu Chang Su hay un  ejercicio para curar el asma u otros problemas del pulmón, sea por exceso de frío o de calor, llamado “el mono blanco ofrece una  fruta”. El creador de este simple y magnífico ejercicio observó que, cuando el mono come fruta moviliza sus omoplatos, y con este movimiento masajea los pulmones. Dedujo que las características energéticas del mono son eminentemente pulmonares; este es el motivo de que un mono rara vez tosa. La aplicación de este movimiento al ser humano se reveló extraordinariamente eficaz en el tratamiento de las enfermedades respiratorias.

    Los maestros no solamente extrajeron sus métodos de los movimientos de los animales,  también observaron el carácter cíclico de los cambios naturales y llegaron a la conclusión de que gran parte de las enfermedades se producían debido a la dificultad de adaptarse a dichos cambios,  que alteran el flujo energético y su relación con los órganos.

En resumen, el practicante del Qi Gong medicinal debe tener siempre presente qué animal y qué estación del año están relacionados con el órgano en cuestión.  Fin del artículo

1 comentario: